En el día a día, muchos trabajadores se enfrentan a diferentes sustancias tóxicas que pueden afectar a su salud. Entre ellos, se encuentran los reprotóxicos en el trabajo, de los que hablamos hoy en el blog de Novagés.

Reprotóxicos en el trabajo

Los reprotóxicos son sustancias que pueden interferir con la fertilidad y con el sistema reproductivo, afectando desde la concepción hasta el desarrollo embrionario. Estos agentes pueden causar infertilidad, problemas de fecundación y, en el caso de las mujeres embarazadas, defectos congénitos, malformaciones y problemas de crecimiento en el feto.

La exposición a estos agentes en el entorno laboral representa un riesgo significativo para los trabajadores en ciertas industrias y ocupaciones.

Existen tres tipos principales de agentes reprotóxicos: agentes químicos, físicos y biológicos.

Por su parte, los agentes químicos incluyen disolventes (como el tolueno o el benceno), pesticidas, algunos metales pesados (como el plomo y el mercurio), y productos farmacéuticos específicos.

En el caso de los agentes físicos, estos hacen referencia a la exposición a radiaciones ionizantes y trabajo en condiciones de calor extremo, que puede influir en la fertilidad y la salud reproductiva.

A nivel biológico, algunos virus y bacterias pueden impactar en la reproducción, como la rubeola o la toxoplasmosis, especialmente peligrosos durante el embarazo.

Efectos sobre la salud de los reprotóxicos

La exposición a reprotóxicos en el trabajo puede generar distintos problemas de salud. Desde la infertilidad y disminución de la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres, hasta el aumento de riesgo de aborto espontáneo o de parto prematuro.

También, la exposición durante el embarazo puede provocar malformaciones en el feto, anomalías en el desarrollo y otras complicaciones.

Finalmente, pueden afectar el peso y el desarrollo general del feto durante la gestación.

Así, para proteger la salud reproductiva de los trabajadores, es fundamental implementar medidas preventivas.

Éstas pasan por la sustitución de sustancias nocivas por otras menos peligrosas, así como el encapsulamiento de sustancias reprotóxicas en equipos cerrados.

Por otro lado, mejorar la ventilación en los lugares de trabajo donde se manipulan sustancias reprotóxicas, así como proporcionar a los trabajadores los equipos de protección adecuados (mascarillas, guantes, etc.).

Por último, la formación a los trabajadores sobre los reprotóxicos en el trabajo, los riesgos asociados, la prevención y una adecuada vigilancia de la salud.