No todos los riesgos laborales son de origen artificial. Hoy, en Novagés hablamos sobre los riesgos laborales del gas radón, un elemento naturalmente presente en muchos entornos laborales.
Riesgos laborales del gas radón
El gas radón es un elemento radiactivo natural que representa un riesgo significativo para la salud en ciertos entornos laborales. Este gas incoloro e inodoro se produce por la descomposición del uranio en el suelo y las rocas, y puede acumularse en espacios cerrados, convirtiéndose en un peligro para los trabajadores expuestos a largo plazo.
El radón es un gas noble radiactivo que se forma naturalmente cuando el uranio presente en el suelo y las rocas se descompone. Al ser más pesado que el aire, tiende a acumularse en los niveles inferiores de los edificios, especialmente en sótanos y plantas bajas.
La exposición prolongada al radón aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Al inhalar este gas, las partículas radiactivas dañan el tejido pulmonar, lo que a largo plazo puede desencadenar la formación de tumores. De hecho, el radón se considera la segunda causa principal de cáncer de pulmón después del tabaquismo.
Los trabajadores expuestos a niveles elevados de radón en sus lugares de trabajo, como mineros, trabajadores de la construcción en zonas con altas concentraciones de uranio o empleados en edificios mal ventilados, están en mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
Así, en el sector de la minería, se ven afectados especialmente en minas de uranio, pero también en otras minas donde se encuentran rocas que contienen uranio.
Por su parte, en la construcción, lo están los trabajadores que excavan o realizan trabajos subterráneos en áreas con altas concentraciones de radón.
En cuanto a la industria, son los trabajadores en fábricas o plantas industriales ubicadas en áreas con altas concentraciones de radón.
Medidas preventivas a adoptar
Para proteger a los trabajadores de los riesgos laborales del gas radón, es fundamental implementar medidas de prevención y control. Realizar un monitoreo continuo de los niveles de radón y ajustar las medidas de control según sea necesario es también básico.
Entre ellas, la realización de mediciones periódicas en los lugares de trabajo para determinar la concentración de radón y evaluar el riesgo.
También es fundamental mejorar la ventilación en los espacios cerrados para reducir la acumulación de radón. Al mismo tiempo, la instalación de sistemas de ventilación mecánica para extraer el radón y renovar el aire y el sellado de grietas y fisuras en cimientos y paredes.
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