El estrés laboral es una realidad que afecta a una amplia mayoría de personas en algún momento de su vida profesional. Mientras que la relación entre el estrés y problemas como la hipertensión, el insomnio o la ansiedad es ampliamente conocida, la vinculación entre estrés laboral y salud bucodental no es tan evidente. Sin embargo, la relación existe y es más fuerte de lo que se podría pensar. Hablamos de ello en Novagés.
Relación entre estrés laboral y salud bucodental
Hay muchas formas en las que el estrés laboral influye en nuestra salud bucodental. En cambio, no siempre somos conscientes de la relación entre estrés laboral y salud bucodental.
Por un lado, el bruxismo, o rechinar de dientes, es una de las manifestaciones más directas del estrés en nuestra salud bucodental.
Esta condición puede surgir como respuesta a situaciones de tensión y ansiedad, llevando a la persona a apretar fuertemente los dientes o rechinarlos, especialmente durante la noche. Esta acción constante y repetitiva puede desgastar el esmalte dental, aumentar la sensibilidad y ocasionar problemas en la articulación temporomandibular.
Por otro lado, el estrés prolongado afecta el sistema inmunológico, debilitándolo y haciendo que nuestro organismo sea más susceptible a infecciones.
En el ámbito bucodental, esta susceptibilidad puede traducirse en una mayor probabilidad de padecer enfermedades periodontales como gingivitis o periodontitis. Las encías inflamadas, sangrantes o retraídas pueden ser una señal de alerta de un sistema inmune comprometido por el estrés.
Además de esto, el estrés también puede afectar la producción de saliva, llevando a la xerostomía o boca seca. La saliva cumple una función esencial en la protección bucodental, ya que ayuda a neutralizar ácidos, limpiar restos de alimentos y combatir microorganismos. Una disminución en su producción aumenta el riesgo de caries y enfermedades periodontales.
Finalmente, es común que las personas bajo estrés adopten hábitos alimenticios menos saludables, como consumir alimentos ricos en azúcares o con altos niveles de acidez. Estos hábitos pueden conducir al desarrollo de caries y erosionar el esmalte dental.
Prevención y manejo del estrés
La clave para prevenir estos problemas es la conciencia y el manejo adecuado del estrés.
Una de las cuestiones fundamentales es la identificación de fuentes de estrés. Reconocer lo que nos genera tensión es el primer paso para gestionarlo.
Al mismo tiempo, practicar yoga, meditación o técnicas de respiración profunda puede ayudar a reducir los niveles de estrés. Y es que la práctica de ejercicio regular es una herramienta poderosa contra el estrés, ya que libera endorfinas, las llamadas «hormonas de la felicidad».
No podemos olvidar las visitas al dentista. La detección temprana de problemas bucodentales es esencial. Informar al odontólogo sobre situaciones de estrés permite una evaluación más completa.
Por último, para las personas con bruxismo, un protector bucal puede ayudar a prevenir el desgaste dental.
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