El verano trae consigo días soleados y temperaturas elevadas, pero para muchos trabajadores, estas condiciones climáticas pueden convertirse en un serio problema de salud: el estrés térmico. Este fenómeno se produce cuando el cuerpo no puede disipar el calor generado por la actividad física o la exposición a altas temperaturas ambientales, lo que puede llevar a una variedad de problemas de salud, desde calambres musculares hasta golpes de calor. Hoy, en Novagés, hablamos sobre el estrés térmico en verano, así como los riesgos que conlleva.

Estrés térmico en verano

El estrés térmico es un riesgo laboral significativo que se intensifica durante los meses de verano, especialmente en regiones donde las temperaturas pueden alcanzar niveles extremos.

Este fenómeno ocurre cuando el cuerpo se enfrenta a altas temperaturas y lucha por mantener su temperatura interna dentro de límites normales, lo que puede afectar seriamente la salud y el bienestar de los trabajadores.

Factores que influyen en el estrés térmico

Por un lado, tanto las altas temperaturas ambientales como las generadas por procesos industriales pueden contribuir al estrés térmico.

Por otro lado, la humedad dificulta la evaporación del sudor, lo que reduce la capacidad del cuerpo para enfriarse.

A su vez, la exposición directa a la radiación solar aumenta la carga de calor en el cuerpo.

Al mismo tiempo, el trabajo físico intenso genera calor corporal, lo que agrava los efectos del estrés térmico.

Finalmente, la ropa impermeable o ajustada dificulta la evaporación del sudor y aumenta la sensación de calor.

Consecuencias del estrés térmico en verano

El estrés térmico puede provocar diversos problemas de salud, desde fatiga y deshidratación, pasando por calambres y agotamiento, hasta condiciones más graves como golpes de calor. En casos extremos, puede incluso ser fatal, con más de 1200 muertes anuales atribuidas a las altas temperaturas.

A nivel laboral, la productividad baja, al reducirse la capacidad de concentración y el rendimiento físico e intelectual. También pueden aumentar los accidentes laborales, especialmente en trabajos de alto riesgo.

Medidas preventivas a adoptar

Para prevenir las consecuencias del estrés térmico en verano, se pueden adoptar diferentes medidas.

Desde la implementación de descansos regulares y pausas frecuentes, especialmente en espacios cerrados con poca ventilación o en puestos al aire libre.

También la hidratación constante es importante, mientras que la adecuación de la vestimenta a las altas temperaturas es también clave.

A la vez, una rotación de tareas y la adecuación de los puestos de trabajo pueden ayudar a evitar numerosos problemas de estrés térmico.

Por último, la formación continua por parte de las empresas es fundamental para saber cómo responder ante los primeros signos de estrés térmico.