El personal sanitario se enfrenta a diversos riesgos laborales durante todo el año, pero el verano presenta desafíos adicionales que requieren atención especial. Hoy, en Novagés, hablamos sobre los principales riesgos laborales del personal sanitario en verano y las medidas preventivas a adoptar.

Riesgos laborales del personal sanitario en verano

El personal sanitario, especialmente aquellos que trabajan en áreas no adecuadamente climatizadas o en emergencias al aire libre, puede sufrir de estrés térmico.

Las largas jornadas laborales, combinadas con la necesidad de utilizar equipos de protección individual (EPI), como batas, guantes y mascarillas, incrementan la acumulación de calor en el cuerpo. Esto dificulta la regulación de la temperatura corporal y aumenta el riesgo de golpes de calor y deshidratación.

Por otro lado, el aumento de la carga de trabajo durante los meses de verano puede deberse a una mayor demanda de servicios de salud por afecciones relacionadas con el calor, accidentes al aire libre y enfermedades estacionales.

Esta sobrecarga, unida a turnos largos y a la dificultad de mantener un ambiente laboral fresco y cómodo, genera fatiga física y mental en el personal.

Por su parte, el estrés psicológico derivado del agotamiento crónico y la falta de descanso adecuado puede llevar a una disminución de la concentración y aumentar el riesgo de errores en la atención sanitaria.

Deshidratación y problemas cutáneos

A su vez, las altas temperaturas, el esfuerzo físico y el uso continuo de EPI pueden contribuir a la deshidratación del personal sanitario. El trabajo en ambientes cerrados y calurosos, como quirófanos y áreas de urgencias con ventilación deficiente, agrava este riesgo.

Pero, la deshidratación no solo afecta el bienestar físico del trabajador, sino que también impacta en su capacidad de toma de decisiones y en el rendimiento general.

No podemos olvidar que el uso prolongado de EPI en entornos calurosos y húmedos puede provocar irritaciones cutáneas, dermatitis de contacto o exacerbación de problemas dermatológicos preexistentes. La acumulación de sudor bajo los equipos de protección, junto con la fricción, aumenta el riesgo de desarrollar erupciones y problemas en la piel.

Otros riesgos laborales del personal sanitario en verano

Por otro lado, aunque este es algo constante en el trabajo sanitario, durante el verano el riesgo biológico puede intensificarse. Los aumentos en la transmisión de infecciones debido a la mayor actividad social y al movimiento poblacional (como el turismo) pueden sobrecargar los sistemas de salud. Todo ello expone al personal a una mayor cantidad de agentes infecciosos.

De este modo, la necesidad de mantener las medidas de protección en condiciones de calor puede dificultar el cumplimiento adecuado de los protocolos, aumentando el riesgo de exposición a patógenos.

Finalmente, el calor y la fatiga pueden aumentar la probabilidad de accidentes laborales en el entorno sanitario. Desde caídas debido a mareos o deshidratación hasta pinchazos con material médico por falta de concentración, los riesgos físicos incrementan durante las jornadas calurosas.