En España está implantada, para la mayoría de las empresas, la jornada laboral de 40 horas semanales. O lo que es lo mismo, de ocho horas diarias. Sin embargo, hace ya tiempo que se habla de la posibilidad de implantar la jornada laboral de 32 horas semanales. Hoy en Novagés analizamos los pros y contras de este planteamiento.

Ventajas y desventajas de la jornada laboral de 32 horas

La sociedad va evolucionando con el tiempo. Por eso, también cambian los planteamientos y sistemas de trabajo. Buen ejemplo de ello es el teletrabajo, que se implantó de manera masiva durante la pandemia. Actualmente, son muchas las empresas las que lo han mantenido, total o parcialmente.

Otra de las iniciativas que se está estudiando desde hace años es la jornada laboral de 32 horas. Sin embargo, para que sea un éxito, todavía deben aclararse ciertos conceptos como si se modificaría el salario, los permisos o las vacaciones.

Independientemente de estos puntos, los expertos ya hablan de los pros y contras de la jornada laboral de 32 horas semanales.

Ventajas que presenta

Algunas empresas que han apostado por este sistema, han visto que la productividad se ha mantenido o ha aumentado.

Esto se debe en gran parte a la motivación de los trabajadores, que tras descansar tres días semanales, afrontan las horas de trabajo con mayor entusiasmo.

Este mayor tiempo libre redunda en más posibilidades para conciliar la vida laboral con la familiar y personal.

Por otro lado, se reducen los desplazamientos al centro de trabajo, por lo que también repercute en una mejora medioambiental. Al mismo tiempo, supone un menor gasto, tanto para los trabajadores como para las empresas, que no tienen por qué tener luces, aparatos o calefacción encendidos tanto tiempo.

Adicionalmente, algunas empresas ofrecen flexibilidad a sus trabajadores para distribuir esas 32 horas, lo que mejora el bienestar de los mismos, que pueden organizarse con mayor libertad.

Principales desventajas de la jornada laboral de 32 horas semanales

Como parte negativa, no todas las empresas cuentan con la posibilidad de ajustar sus jornadas reduciendo las horas. De hecho, muchas de ellas serían menos competitivas que otras del sector que sí cuentan con las jornadas de 40 horas.

Tampoco es sencillo ajustar las cuestiones organizativas de los empleados. Realizar el mismo trabajo en menos tiempo puede derivar en sobrecargas, estrés y frustración.

Finalmente, muchas empresas no pueden realizar el ajuste de tiempo sin modificar los salarios de sus trabajadores. Así, habrá también un porcentaje de empleados que no quieran o puedan reducir su jornada y salario. Entre otras cuestiones, por la incertidumbre de poder afrontar los gastos del día a día.

Por todo ello, es necesario valorar los pros y contras de la implantación de la jornada laboral de 32 horas semanales, de cara a evitar posibles riesgos laborales.