Cada puesto de trabajo conlleva unas condiciones laborales específicas. Así, mientras los trabajos de oficina conllevan pasar mucho tiempo sentados, hay otros puestos en los que se permanece constantemente de pie. Hoy en Novagés hablamos de los riesgos laborales de trabajar de pie.

Riesgos laborales de trabajar de pie

Al igual que sucede cuando pasamos mucho tiempo sentados, trabajar de pie durante muchas horas conlleva una serie de riesgos para la salud de los trabajadores. Dichos riesgos se agravan cuando el trabajo se realiza en una posición estática.

Esta postura trae consigo un sobreesfuerzo, tanto a nivel muscular como esquelético, afectando a diferentes partes del cuerpo.

Por un lado, el descenso del flujo de sangre aumenta la fatiga y tensión muscular de espalda, piernas y cuello. Los músculos se sobrecargan.

Por otro lado, las venas de las piernas se inflaman, aumentando el riesgo de padecer varices, o de que éstas empeoren su estado.

Al mismo tiempo, pueden aparecer problemas en las articulaciones. En este aspecto, aunque las caderas, rodillas y tobillos suelen ser las más afectadas, la columna vertebral también sufre.

Adicionalmente, los ligamentos y tendones también sufren, aumentando las posibilidades de sufrir tendinitis y otras dolencias de diversa índole.

Además de todo esto, permanecer de pie durante largas jornadas aumenta el cansancio, disminuyendo la productividad y empeorando el estado de ánimo y el descanso posterior.

Medidas preventivas para este tipo de trabajos

Son muchas las medidas que se pueden adoptar para prevenir los riesgos laborales de trabajar de pie.

Por un lado, proporcionar una zona de asiento para los trabajadores, que se pueda regular en altura y que cuente con zona reposapiés.

Por otro lado, que los trabajadores dispongan de superficies ligeramente elevadas, sobre los 20 centímetros, donde poder apoyar los pies de manera alterna. Así, podrán alternar el peso entre ambas piernas.

Otra de las medidas a adoptar es ajustar el mobiliario para que el trabajador realice sus funciones de manera ergonómica. En este caso, las mesas de trabajo o mostradores.

Otro aspecto a tener en cuenta es el suelo donde se trabaja. A mayor dureza, mayor cansancio del trabajador. También los suelos enmoquetados provocan electricidad estática, que aumenta el cansancio.

Por su parte, el calzado de los trabajadores debe ser flexible, transpirable, cómodo, antideslizante y que proporcione una buena sujeción del pie.

Finalmente, es necesario establecer los periodos de descanso suficientes para que los trabajadores puedan cambiar de postura y/o realizar ejercicios que les ayuden al bienestar.