Estamos en una sociedad altamente exigente con sus trabajadores. Cada vez más las empresas demandan a sus trabajadores que saquen la tarea adelante rápido y bien, optimizando recursos. Pero esta exigencia tan solo lleva a un grave problema: el sobreesfuerzo laboral.

El sobreesfuerzo laboral, el nuevo lastre en España

Triste pero cierto. La presión a la que se ven sometidos los trabajadores que deben sacar el trabajo adelante en el mínimo tiempo posible solamente conlleva un sobreesfuerzo laboral, ya sea mental o físico.

Podríamos pensar que no es una de las causas más habituales de bajas laborales, pero es al contrario. En el año 2017, según fuentes oficiales del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, las bajas por sobreesfuerzo afectaron a más de 190.000 trabajadores. Esta cifra astronómica representó aproximadamente el 40% de las bajas laborales registradas en el año. Una auténtica barbaridad.

Cómo son este tipo de bajas laborales

Como comentábamos antes, las bajas por sobreesfuerzo pueden ser de dos tipos: físicas y mentales. Si bien es cierto que el cansancio físico suele ser el que más fácilmente se detecta, una carga de trabajo excesiva puede traer consecuencias igual de negativas para las personas.

Dentro de este tipo de dolencias, la gran mayoría derivan en una baja laboral leve, mientras que las bajas laborales graves son las menos frecuentes.

Cabe destacar que la mayor parte de estas bajas fue debida a sobreesfuerzos físicos, principalmente producidos por un exceso de carga. Esta carga conllevó lesiones musculo-esqueléticas. Las restantes fueron de carácter psíquico, por sobrecarga mental.

La parte negativa de la competitividad

La gran mayoría de los trabajadores buscan ser los mejores en su puesto de trabajo. Esto fomenta la búsqueda continua de la perfección y un aumento de la competitividad entre los compañeros.

Se trata de una presión añadida para los empleados. Sobre todo en épocas en las que la oferta laboral escasea, los trabajadores se convierten en supertrabajadores. Hasta tal punto asumen ese papel, que ser los mejores se vuelve en una obsesión.

Mantener el puesto de trabajo, conseguir un ascenso o mejorar la imagen de sus superiores acarrean un sobreesfuerzo que termina en lesiones físicas y psíquicas. Además, el miedo al despido o a ser sustituidos por otro trabajador hace que muchos empleados enfermos por esfuerzos excesivos continuados en el tiempo no manifiesten sus dolencias. Esto no hace más que agravar su situación, entrando en un círculo peligroso para su salud e integridad.

Una gran lección a aprender

El cuerpo humano tiene un límite y puede soportar esfuerzos excesivos durante un breve espacio de tiempo. Debemos prevenir el sobreesfuerzo laboral, puesto que un trabajador puede ser sustituido eventualmente durante una baja, pero la salud es más complicada de recuperar.

Una vez más, la prevención de riesgos laborales juega un papel primordial en las empresas. En Novages somos expertos en PRL, y formamos a empresarios y trabajadores para evitar este tipo de situaciones. Contacte con nosotros y le brindaremos la información que necesite.