Anteriormente en Novagés hablamos de forma general de los riesgos laborales del docente. En esta ocasión, nos centramos en los trastornos respiratorios asociados al uso de la tiza, un problema recurrente entre el profesorado.

Trastornos respiratorios asociados al uso de la tiza

El uso de la tiza ha estado ligado a la profesión del docente desde hace muchísimo tiempo. Sin embargo, el uso de ésta puede provocar o agravar determinados problemas de salud.

Al menos así lo explica un estudio realizado por el Centro de Investigación en Salud Laboral (CiSAL) de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona.  En dicho estudio participaron más de 400 docentes de diferentes comunidades autónomas, los cuales utilizaban la tiza al menos durante una hora al día en sus jornadas laborales.

Culminado el estudio y recopilados los datos, se observaron diferentes trastornos respiratorios asociados al uso de la tiza.

Por un lado, el 50% de los participantes sufrieron afonía, un problema recurrente entre el profesorado. Por otro lado, se constató una presencia de infecciones respiratorias cinco veces superior a los profesores no expuestos al uso de la tiza. Es, sin duda, una cifra altamente preocupante y significativa.

Además, también sorprendieron los casos de sibilancias, detectados cuatro veces más que en quienes no utilizaban la tiza y los de problemas en las vías altas superiores.

Finalmente, la inhalación de partículas de las tizas que contienen polvo de caolín en su composición puede provocar caolinosis, un peligroso tipo de silicatosis.

Posibles alternativas al uso de la tiza

Tras éste y otros estudios, son muchos los centros educativos que están suprimiendo el uso de la tiza en sus aulas. De este modo, protegen al profesorado y al alumnado de posibles problemas de salud.

Como alternativa viable están las pizarras blancas, en las que se utilizan rotuladores especiales para escribir. También se utilizan cada vez más proyectores y dispositivos electrónicos en las aulas.