Recientemente en Novagés hablamos sobre los riesgos laborales del uso de escaleras manuales, muy extendidas en nuestro país. En esta ocasión, nos centramos en las principales medidas preventivas en el uso de escaleras manuales a la hora de evitar accidentes.

Uno de los problemas que conlleva el uso de escaleras manuales es que se ha convertido en algo casi automatizado para miles de trabajadores. Su uso es tan cotidiano, que se hace casi de manera mecánica, sin pararse a pensar en los riesgos que conlleva.

Medidas preventivas en el uso de escaleras manuales

Aunque pueda parecer algo obvio, una de las medidas preventivas en el uso de escaleras manuales es elegirla adecuadamente. Es decir, se debe conocer el lugar donde se va a utilizar, la altura máxima del trabajo a realizar y del lugar donde se colocará la escalera.

También hay que tener en cuenta la resistencia de la carga requerida, las características del terreno de apoyo y si se trata de un trabajo con riesgos adicionales, como pueden ser contactos eléctricos.

Al mismo tiempo, los trabajadores no pueden realizar sus tareas en los tres peldaños superiores, por lo que la escalera deberá ser lo suficientemente larga para evitar esto. En el caso de las escaleras de acceso, éstas deberán sobresalir al menos 1 metro dese el plano al que se necesita acceder.

Por otro lado, el emplazamiento de la escalera es vital. Las superficies de apoyo deben ser estables y antideslizantes, planas, horizontales y resistentes. Además, si se trata de una escalera de tijera, como máximo deberá abrirse hasta los 30º. Si es simple o extensible, deberá apoyarse formando un ángulo entre 70,5 y 75,5º respecto a la horizontal.

Si nos fijamos en el uso de las escaleras manuales, como norma general se utilizarán únicamente para acceder al lugar de trabajo. Ahora bien, si deben emplearse como apoyo para realizar el trabajo, deberán adoptarse una serie de medidas.

Entre ellas, la correcta estabilización e inmovilización de la escalera, asegurando un punto de sujeción y otro de apoyo. También se controlará la manipulación y se utilizarán los EPI necesarios para garantizar la seguridad del trabajador.

Otras cuestiones relevantes a tener en cuenta

Finalmente, se tendrán en cuenta las características de cada escalera, como la carga máxima admitida y que estén en perfectas condiciones de uso. Es decir, sin signos de desgaste, rotura, abolladuras o corrosión. Por eso, se evitará utilizar escaleras pintadas que puedan ocultar defectos o vicios.

También se vigilarán las zapatas de apoyo, las bisagras y uniones, que  deberán ser seguras y permanecer bien apretadas.

Al mismo tiempo, se controlará la distancia a posibles riesgos adicionales, se verificará la ausencia de grasas o materiales que puedan resultar resbaladizos.