Riesgos laborales del teletrabajo

La expansión del coronavirus está causando estragos en nuestra sociedad. El país ha quedado casi paralizado al decretarse el estado de alarma. Ante tal situación, muchas empresas han optado por enviar a sus trabajadores a teletrabajar. Hoy en Novagés abordamos los riesgos laborales del teletrabajo.

Qué es el teletrabajo

Podríamos definir el teletrabajo como una forma de organizar o realizar el trabajo basado en el uso de las tecnologías, que puede realizarse fuera del lugar habitual de trabajo, manteniendo la relación contractual. Es decir, realizar las mismas tareas que en el puesto habitual pero a distancia.

Tipos de teletrabajo

Dentro del teletrabajo, podemos distinguir tres grandes grupos. El primero es el teletrabajo a domicilio, en el que los trabajadores realizan su tarea desde su casa.

Otra alternativa son los telecentros, oficinas especialmente diseñadas y dotadas para que los trabajadores desempeñen sus funciones.

Finalmente, existe el teletrabajo móvil. Esta opción engloba a las personas que no tienen un sitio fijo para trabajar. El ejemplo más claro de esta figura son los comerciales, que van rotando su posición continuamente para visitar clientes y proveedores.

Cuáles son los riesgos laborales del teletrabajo

Los trabajadores que realizan sus labores mediante teletrabajo, están expuestos a diferentes tipos de riesgos.

Por un lado, los trastornos musculares y esqueléticos. Este tipo de dolencias afectan generalmente a las partes blandas como músculos, nervios, tendones y zonas que rodean las articulaciones.

Suelen producirse por mantener una mala higiene postural o permancer mucho tiempo en la misma postura. Por tal motivo, es fundamental mantener la ergonomía laboral.

Las formas más habituales de manifestarse son las lumbalgias, dorsalgias, dolores cervicales, tendinitis, síndrome del túnel carpiano, etc.

Otro de los riesgos laborales del teletrabajo más común es la aparición de la fatiga visual. Puede deberse a falta de iluminación, el uso continuado de la pantalla del ordenador y una mala distribución del espacio de trabajo.

Entre otros síntomas, puede producirse visión borrosa, dolor de cabeza, lagrimeo, escozor de ojos, etc.

No podemos olvidar los riesgos piscológicos asociados al teletrabajo. Aunque podría parecer que los trabajadores tienen un ritmo más bajo fuera de su puesto habitual, la realidad es que siguen sufriendo estrés por cumplir los objetivos y tareas encomendadas.

Este estrés puede derivar en ansiedad, depresión, angustia, trastornos de sueño, trastornos dermatológicos, respiratorios y cardiovasculares.

Para evitar todo este tipo de riesgos, lo ideal es planificar las jornadas de trabajo como si se estuviese en el puesto normal. Es decir, con sus descansos cada cierto tiempo, las mismas horas de trabajo efectivo, etc.

Lo mejor es adaptar un espacio dentro del hogar, con buena iluminación, ventilación y que permita trabajar de manera ergonómica.

Finalmente, aunque en esta situación no se deba salir de casa más que para lo más imprescindible, existen muchas maneras de eliminar el estrés. Podemos relajarnos con música, películas, juegos de mesa o haciendo deporte que no implique mucha aparatología o espacio.